La familia de los Frailes Menores Conventuales, históricamente se caracterizó por la“conventualidad”, esto es, valorizar el “convento-fraternidad”, transformándolo en presencia y signo de mediación cultural y del Amor de Dios con su pueblo.


Las expresiones más significativas son los estudios teológicos, las universidades y las bibliotecas. Siguiendo el ejemplo de San Antonio de Padua, de San Buenaventura, Duns Scoto, San Maximiliano María Kolbe, quienes supieron aunar la oración, vida fraterna y el estudio con la predicación del Reino de Dios al pueblo. Se hicieron promotores de las primeras escuelas de teología, respondiendo de este modo a las exigencias de la Iglesia que requería para la predicación la ayuda doctrinal de la teología.



Hoy en día el contacto vivencial con el pueblo de Dios se efectúa por medio de las grandes basílicas, centros de espiritualidad y pastoral; con los centros de prensa, con los estudios teológicos para los laicos y ayuda apostólica a las Iglesias Locales, en las misiones, sobre todo en América Latina y Asia. La espiritualidad de nuestra Orden es Cristocéntrica, o sea, en torno y sintonía total a Jesucristo y además es mariológica, ya que, a lo largo de la historia, la Orden se ha caracterizado por la propagación y defensa al culto de la Inmaculada Concepción, “María, Madre de los Pobres”.